LA PESTE NEGRA (1)
La Peste Negra, también conocida como la Pestilencia o Gran Mortalidad, fue la pandemia más fatal registrada en la historia de la humanidad, lo que resultó en la muerte de hasta 200 millones de personas, desde Eurasia hasta el norte de África, y alcanzó su punto máximo en Europa desde 1347 hasta 1351. La peste, es una zoonosis causada por la bacteria Yersinia pestis y el resultado más común, suele ser la aparición de nódulos bubónicos, seguida de infección septicémica o neumónica. La Peste Negra, probablemente, se originó en Asia Central o Asia Oriental, desde donde viajó a lo largo de la Ruta de la Seda y llegó a Crimea en 1347. A partir de ahí, posiblemente fue transportada por pulgas que vivían en las ratas negras que viajaban en barcos mercantes genoveses, se extendió en toda la cuenca del Mediterráneo y llegó a África, Asia occidental y el resto de Europa, a través de Constantinopla, Sicilia y la península italiana. La evidencia actual indica que, una vez que llegó a tierra, la Peste Negra, fue en gran parte, propagada por humanos. Esta plaga creó trastornos religiosos, sociales y económicos, con profundos efectos en el curso de la historia europea, pues fue el segundo desastre que afectó a Europa durante la Baja Edad Media (el primero fue la Gran Hambruna) y se estima que causó la muerte del 30% al 60% de la población continental. Los brotes de la peste se repitieron en diversos lugares del mundo hasta principios del siglo XIX.
Todo ocurrió entre los años de Cristo 1346 y 1353, cuando una colosal epidemia llegó del Asia occidental, se propagó por el Oriente Medio y el norte de África, arribó a Europa y causó la peor catástrofe demográfica jamás vista. El ciclo bubónico fue bautizado, años más tarde, con el escalofriante nombre de la Peste Negra o atra mors. Según Ole Benedictow, el nombre surgió de una traducción equívoca de la palabra atra, que en latín significa tanto “terrible” como “negro”. Más allá de ser irrefutable, aterradora la enfermedad, lo que se evidenció es que la peste impactó el imaginario cultural de la época, al asociar la infección con lo malo, lo desconocido y lo absolutamente inexplicable. Los estragos que provocó entre la población, fueron tales, que le valieron la fama eterna de haber sido el mayor desastre demográfico jamás presenciado por la humanidad. Según los libros de defunciones y el empadronamiento de manos legas, se estimó que un tercio de la población partieron en auxilios de la peste.
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